La Ciudad

Juan B. Justo vive un verano con poca venta, rebajas y locales cerrados

Comerciantes advierten que la gente "camina pero compra poco". La mayoría solo busca ofertas. Algunos locales venden tan poco como en el pico de la pandemia.

 

Descuento con pago en efectivo. Seis cuotas sin interés. Rebajas del 35% con Cuenta DNI. Liquidación. Dos por uno. Las vidrieras de la avenida Juan B. Justo reflejan la necesidad de atraer ventas en un verano hasta ahora “muy flojo” para los comerciantes de la zona, quienes apuestan a estas promociones porque “es lo único que hoy atrae” a la poca gente que circula.

El tradicional centro comercial a cielo abierto atravesó un año realmente duro a raíz del impacto económico de la pandemia que todavía deja sus marcas: hay decenas de locales cerrados, en alquiler, en venta o abandonados. En algunas cuadras se advierten hasta ocho negocios vacíos en pleno enero.

Otros resisten. Fabricantes y comerciantes hicieron un esfuerzo grande para mantenerse en pie hasta la llegada de la temporada, pero en el pico de la misma las ventas no repuntan y en algunos locales reconocen que “se vende lo mismo que en el pico de la pandemia”, lo que genera alarma, preocupación e incertidumbre.

Históricamente Juan B. Justo trabaja mejor los días nublados o lluviosos. La llamada “avenida del pulóver”, por su tradición de tejidos y su impronta textil, se transforma en un paseo ideal cuando la playa no es una opción. Este verano, sin embargo, la historia es diferente.

“Antes los días nublados se trabajaba bien pero ni con eso alcanza. Anda muy poca gente y los pocos que vienen caminan mucho y no compran o bien buscan muchísimo el precio”, indicó Romina, de la marca Genoa.

“La gente pregunta por los descuentos o las prendas discontinuas, que tienen una liquidación del 30 al 50% o pagos en hasta seis cuotas sin interés. Nada que ver con otras temporadas. Vino gente a pasear pero se vende poco y nada”, lamentó la comerciante.

A diferencia de otros años, Juan B. Justo registra muy poco movimiento por la mañana e incluso por la tarde. Recién a última hora del día, advierten algunos de los históricos comerciantes, empieza a verse gente. Sin embargo, algunos locales pueden pasar hasta dos días sin abrir caja.

“Esperamos que la segunda quincena venga mejor, que no se cierre nada y se pueda seguir trabajando porque hace falta después de un año tan difícil para todos. Con la temporada no vamos a recuperar lo que se perdió en el invierno, pero esperamos seguir trabajando aunque sea por los protocolos”, agregó la encargada de Genoa.

En Casino, otra de las emblemáticas marcas de la avenida textil, también el público se inclina principalmente por los descuentos, como el del 20% por pago en efectivo que ofrecen.

“Nada que ver con otras temporadas. Tuvimos una primera quincena muy floja, con un nivel de ventas muy bajo en general. Esperamos más turismo la segunda quincena para que no falte el trabajo y la actividad se pueda mantener”, dijo Lorena, encargada del local.

En Almería Swaters otros veranos tomaban a una o dos empleadas más para reforzar la atención. Esta temporada lamentablemente no hizo falta. “Tenemos las mismas ventas que en plena pandemia, es un verano muy discontinuo e impredecible donde la venta y el trabajo que hay es para una persona”, comentó Daniela, trabajadora del local.

En el negocio a veces “pasan dos o tres días sin abrir caja” en pleno enero. “Se trabajó bien hasta el 2 o 3, pero después se frenó todo. Y lo poco que se vende es lo que está en liquidación, prendas de un valor muy bajo. Así que esperamos que esto mejore porque no sé cómo va a ser el año si en plena temporada estamos así”, agregó.

Liliana se encuentra detrás del mostrador de Tauro Cuer. En el transcurso de la charla con LA CAPITAL no ingresan clientes y sobresalen en el local los carteles de liquidación y dos por uno.

“Hasta ahora el verano viene mal. No se ve turismo. Apenas hay algo más de gente a la tarde, pero no se compara con otras temporadas. La gente lleva lo justo, la remera más económica, carteras baratas, lo que está en oferta y hasta ahí nomás porque a veces ni siquiera eso sale”, detalló.

La falta de trabajo que exponen los comerciantes se refleja en vidrieras y en los locales cerrados. En algunas cuadras llega a haber hasta ocho comercios con la persiana baja o el cartel de alquiler.

Si bien es cierto que en el último tiempo Juan B. Justo se abrió a otros rubros -como pizzerías, cafés, cervecerías, parrillas y gimnasios-, lo cierto es que la gran mayoría de los emprendimientos que debieron cerrar entre 2019 y 2020 todavía dejan un vacío doloroso en una avenida que hoy debe apostar a las rebajas de sus tejidos y prendas para atraer al menos un puñado de ventas en una temporada donde para muchos “ya hay más pérdida que ganancia”.

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